A principios de 2007 una enfermedad desconocida afectaba a numerosos trabajadores catalanes; les aparecían una serie de marcas redondas en la parte frontal de los muslos (denominado lipoatrofia), algo que un tiempo después se relacionó con las excesivas radiaciones electromagnéticas que recibían en sus puestos de trabajo.
Tras la aparición del primer caso, Telefónica instalaría en algunos despachos tomas de tierra para derivar al suelo las posibles cargas electrostáticas; preocupándose también de mejorar la humedad ambiental.La empresa no ha querido cominicar los datos sobre la contaminación electromagnética a la que están sometidos los trabajadores, lo que está claro es que todo el área se encuentra cubierto por una red invisible de ondas emitidas por los Wifi, a lo que hay que sumar que cada empleado tiene su propio teléfono móvil.
En lo referente a los campos electromagnéticos, recorre todo el edificio, ya que todos los puestos de trabajo están conectados mediante una red de gran potencia eléctrica que pueda abastecerlos.
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